Tapestry

La vista y el tacto entran en relación en los pictotáctiles. Las
tonalidades perceptibles por la vista son perceptibles por el
tacto a través de las texturas, donde el corte de las lanas
produce variantes en el color. Si bien en mi pintura el color es
sinestésico, en los tactitonos esta relación es aún más
evidente.
En los tactitonos podemos tocar, acariciar, sentarnos y
acostarnos sobre ellos.
Son abstracciones que responden a la necesidad de tocar al
otro, lo otro, y de reconocerse a sí mismo.
El tacto es un sentido primordial para fortalecer las relaciones.
De los sentidos, quizás es el más primitivo y el primero que
desarrollamos como individuos. Por el tacto sentimos y
reconocemos por primera vez nuestra corporalidad en el
vientre materno. Y a partir de ese momento somos capaces de
identificar otros cuerpos y acercarnos a un espectro de
sensaciones.
Tocar aumenta nuestra capacidad para establecer relaciones y
ese contacto nos asegura y nos hace sentirnos en el mundo. Y
nos ofrece la posibilidad de crear un lugar en él.

La vista y el tacto entran en relación en los pictotáctiles. Las
tonalidades perceptibles por la vista son perceptibles por el
tacto a través de las texturas, donde el corte de las lanas
produce variantes en el color. Si bien en mi pintura el color es
sinestésico, en los tactitonos esta relación es aún más
evidente.
En los tactitonos podemos tocar, acariciar, sentarnos y
acostarnos sobre ellos.
Son abstracciones que responden a la necesidad de tocar al
otro, lo otro, y de reconocerse a sí mismo.
El tacto es un sentido primordial para fortalecer las relaciones.
De los sentidos, quizás es el más primitivo y el primero que
desarrollamos como individuos. Por el tacto sentimos y
reconocemos por primera vez nuestra corporalidad en el
vientre materno. Y a partir de ese momento somos capaces de
identificar otros cuerpos y acercarnos a un espectro de
sensaciones.
Tocar aumenta nuestra capacidad para establecer relaciones y
ese contacto nos asegura y nos hace sentirnos en el mundo. Y
nos ofrece la posibilidad de crear un lugar en él.

La vista y el tacto entran en relación en los pictotáctiles. Las
tonalidades perceptibles por la vista son perceptibles por el
tacto a través de las texturas, donde el corte de las lanas
produce variantes en el color. Si bien en mi pintura el color es
sinestésico, en los tactitonos esta relación es aún más
evidente.
En los tactitonos podemos tocar, acariciar, sentarnos y
acostarnos sobre ellos.
Son abstracciones que responden a la necesidad de tocar al
otro, lo otro, y de reconocerse a sí mismo.
El tacto es un sentido primordial para fortalecer las relaciones.
De los sentidos, quizás es el más primitivo y el primero que
desarrollamos como individuos. Por el tacto sentimos y
reconocemos por primera vez nuestra corporalidad en el
vientre materno. Y a partir de ese momento somos capaces de
identificar otros cuerpos y acercarnos a un espectro de
sensaciones.
Tocar aumenta nuestra capacidad para establecer relaciones y
ese contacto nos asegura y nos hace sentirnos en el mundo. Y
nos ofrece la posibilidad de crear un lugar en él.